La Virgen de Covadonga. La Santina
Inpresionante llegada a Candás de la Virgen de Covadonga.
El 1 de julio de 1939 a las ocho de la mañana la Santina, salió de Gijón rumbo a Candás. En Perlora y en el barrio de Perán, la animación fue extraordinaria, ofreciendo la fábrica situada en este lugar presentaba plantas hechas con latas de consevas, producción de la casa.
Su llegada no pudo ser más impresionante. Mucho antes de la llegada de la Santina a Candás la animación era extraordinaria. De las aldeas limítrofes fueron sumándose numerosas personas que se acercaban para contemplar de cerca a la Santina y expresar su devoción por la Patrona de Asturias.
El pueblo estaba totalmente engalanado con flores en las ventanas de todas las casa, cerca de la rula se alzaban dos monumentales arcos, uno hecho con laurel y follaje y otro a base de los atributos de pesca, con una inscripción alusiva a la Santina confeccionada con salvavidas. En el trayecto hasta las ruinas de la que fué iglesia parroquial se instalaron varios arcos.
En las ruinas del templo del famoso Cristo de Candás, la figura del redentor tenía por retablo el cielo y el mar, y en el fondo de las ruinas se había instalado un altar magníficamente adornado, un grupo de mujeres vestidas de asturianas ocupaban el interior de las ruinas.
Fuera, y en la carretera, el pueblo entero, esperaba la llegada de la imagen, así como el clero con Cruz alzada, y todos los marineros de Candás, con atributos de su oficio.Cuando la Santina apareció por el barrio de Perán las sirenas de los pesqueros anclados en el puerto lanzaron al espacio sus agudos sonidos, dando la bienvenida a la Virgen , al igual que las sirenas de las fábricas de conservas. Infinidad de palenques de grueso calibre fueron quemados, mientras la multitud esperaba ansiosa la llegada de la Virgen de las Batallas. Los pescadores formaron en la cabezade la procesión, empuñando sus remos y ataviados con las ropas de trabajo. A su paso por las calles se lanzaban flores desde las ventanas.
La imagen llegó entre cánticos y al situarse frente a las ruinas, una orquesta dirigida por el presbítero de Luanco, Sr. Carreño, y un coro marinero cantó una Salve solemnísima.
La imagen recorrió treinta y dos kilómetros, llevada a hombros por gentes de las parroquias que se disputan el honor de ser portadores de la "Santina"
Edelmira González Balsinde
Luanco
Pasadas las tres de la tarde entraba la Virgen en Luanco, todos los barcos del puerto hicieron sonar sus sirenas a la vez que se disparaban veintñun cañonazos. Entró en Luanco rodeada de una multitud que la aclamaba y precedida de numerosas mujeres que caminaban descalzas delante de la imagen. El centro estaba estaba profusamente adornado hasta la iglesia marinera que se adentra en el mar en un brazo de tierra.
La imagen se situó en el altar mayor y el párraco subió al púlpito pronunciando un conmovedor sermón.
Aquí los peregrinos descansaron para comer durante dos horas. En este tiempo la Satina estuvo en el centro rodeada de gente que a pesar de los apretujones querían pasar al interior para verla.
Fue emocionante la ofrenda de tres viejos pescadores (dos de setenta y ocho años), de ballenas en los mares de Terranova, improvisaron un arco con dos lanchas aparejadas como para ir a la mar y recubiertas de redes. Los tres marineros estaban en las lanchas empuñando los remos y vistiendo los trajes de agua, calados los sudestes sobre sus cabezas.
A las cinco de la tarde salió la imagen en dirección a Avilés por la carretera de la costa adornada con numerosos arcos, acompañada de multitud de gente
A las ocho de la noche hizo su entrada triunfal la Virgen de las Batallas por el puente de San Sebastián, donde se encontraba instalado un magnífico arco adornado con atributos marineros. En el momento de traspasar el arco, las sirenas de los buques del puerto lanzaron los roncos sonidos, mientras las campanas de las iglesias repicaban sin cesar y se tiraban gruesos palenques.
La procesión siguió por las calles de la villa adornadas de manera excepcional, especialmente la calle de la Cámara, y se dirigió a la Iglesia de San Nicolás, donde se rezó un rosario, se cantó una Salve y el Himno de Covadonga.
La Iglesia estuvo muy concurrida, a las tres de la mañana tuvo lugar una misa, y todo el pueblo hizo guardia en la Iglesia y alrededores mientras que la Santina permaneció allí.
El dos de julio a las seis de la mañana irá en procesión al barrio de pescadores continuando a Pola de Siero.