Santuario de Covadonga

         Tras un primer intento de reconstrucción encargado a Ventura Rodríguez, creador de la Fuente de Neptuno y la Cibeles entre otras obras, fueron conscientes de la devoción que se mantenía y resistía en el pequeño templo edificado en la roca en la modesta capilla que sustituía la antiguo tempo colgado.               Durante el medio siglo siguiente se impulsó la contrucción de la nueva Basílica que perdura hasta nuestros .

       Benito Sanz y Forés, llaga a Oviedo e inicia en 1968 en encargo a Roberto Frassinelli la reconstrucción del Santuario. Una vez finalizados los planos en 1874 se observa que varía la ubicación del templo, alejándolo de la Santa Cueva. Dada la formación del alemán Frassinelli como dibujante, su puesto en el proyecto quedó relegado al arquitecto Aparici (Academia de San Femando).

          La construcción de un nuevo templo, con planos de Frassinelli, se inició en 1877 como explica Vidal de la Madrid, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo.

            Frassinelli no concluye el proyecto, que recibirá un nuevo impulso tras la llegada a Oviedo del obispo Ramón Martínez Vigil, en 1884. “Parece ser que no había planos, aunque había una cripta edificada. Así que llamó a Federico Aparici, que revisó el proyecto y, respetando lo que había hecho Frassinelli, o realizó en un estilo historicista de inspiración medieval que encaja además en la ideología artística de Martínez Vigil, que consideraba que era un estilo que mostraba una arquitectura de inspiración cristiana”, relata De la Madrid.

               El templo se concluyó en 1901 y, poco después, León XII le concedería el título de basílica.

            El proceso de construcción del santuario se puede rastrear a partir de los fondos fotográficos que se conservan en el Muséu del Pueblu d’Asturies, y que se reunen en la muestra “Covadonga y la fotografía”.