La Virgen de Covadonga. La Santina
París - Hendaya
El embajador en París Lequerica, comunicó la noticia del hallazgo de la Santina al gobierno español. El 25 de marzo de 1939, Francisco Franco informaba a través de un telegrama al coronel José Ceano Vivas, Gobernador Cívico-Militar de Asturias, del hecho.
A partir de este momento se comenzó a organizar el regreso de la Santina y ya el día siguiente, 26 de marzo Manuel Arce Ochotorena nombró una Junta para establecer las medidas oportunas para su retorno a Asturias. Desde el el gobierno se dieron las órdenes pertinentes para disponer todo lo necesario para que el traslado se llevase a cabo con las medidas de seguridad necesarias y los máximos honores. Todo el mundo debe tener la posibilidad de participar de los actos que se organicen par el regreso de la Virgen de Covadonga, la Santina, al real sitio. El regreso de la Santina sería en Procesión desde lo alto del Puerto de Pajares, hasta Oviedo donde se celebrarían solemnísimas funciones de desagravio y acción de gracias, para a continuación y dela misma forma continuar por todos los pueblos del trayecto proyectado hasta volver s su trono del Auseva.
Tras hacerse público el anuncio del hallazgo, la colonia española en París empezó a visitar la embajada parisina para ver a la Santina. La multitud de devotos que querían ver a la Virgen obligó a su traslado el 8 de abril de 1939, a la iglesia de la Misión Española en París. Allí, en el altar mayor, rodeada de banderas y flores, recibía el afecto y las oraciones de los fieles que sin cesar acudían a postrarse ante ella. Según comunicó el Director de la Misión al Cabildo de Covadonga:
"Desde el día de su entrada en la iglesia, entrada que se hizo como reina, preside en sitial de preferencia en el altar mayor... Puedo asegurar que ni un momento del día, desde las seis de la mañana que se abre el espacioso templo, hasta las ocho de la tarde que se cierra, está sin numeroso grupo de fieles que acuden a desagraviarla".
La Virgen de Covadonga apareció sin daños, apenas unos regaños provocados por los avatares del camino, aunque si su corona y sin su rosa, un grupo de señoras españolas, tras pedir al alcalde de Oviedo una fotografía que les sirviese de modelo, le regaló una corona de oro y pedrería, obra de un famoso joyero parisino.
En España las comisiones creadas para organizar los itinerarios y detalles del camino de vuelta inician los preparativos. El itinerario final establecido se recibió con entusiasmo en toda la diócesis especialmente en los pueblos elegidos al ser honrados y bendecidos a su paso. Al mismo tiempo y tras deliberación del Consejo de Ministros, el 28 de abril de 1939 se estableció un decreto de la jefatura del Estado que en su artículo único disponía :
"Se conceden los máximos honores militares a la imagen de Nuestra Señora de Covadonga" ..
Por acuerdo del Gobierno y la Junta Diocesana se estableció el 11 de junio como la fecha para que la imagen llegase a Irún donde recibiría el homenaje nacional. De Irún se traería a Asturias en un coche hasta el alto del Puerto de Pajares desde donde sería llevada a hombros hasta Covadonga. El itinerario final en Asturias tras las disputas para formar parte del recorrido fue Valorande, Campomanes, Pola de Lena, Uno y Mieres, Sama de Langreo, La Felguera y Tudela Veguín, Oviedo (permaneció 10 días), Noreña y Gijón (tres días), Candás, Luanco y Avilés, Pola de Siero, Nava e Infiesto, Arriondas, Cangas de Onís y Covadonga.
El 10 de junio de 1939 inicia el regreso. Numerosos vehículos de españoles la acompañaron hasta Versalles donde la despidieron los católicos parisinos. A continuación una caravana de 20 coches emprendió el camino en dirección a España. Llegó de noche a Hendaya, en cuya iglesia parroquial fue custodiada hasta el amanecer. Allí estaban los responsables de acogerla en nombre de Asturias, don Samuel Fernández-Miranda, canónigo magistral de Covadonga y el conde de Rodríguez-Sampedro
