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              Los mitos y las leyendas se han transmitido siempre por vía oral, formando parte de un cúmulo legendario que constituye una más de las herencias culturales. La tradición asturiana ha transmitido el recuerdo de varios seres míticos, en su mayor parte relacionados con algunas de las fuerzas naturales, que ya definían nuestros ancestros, como son el agua, la tierra, el aire o el fuego del hogar.

         Del tradicional mitológico asturiano forman parte personajes como las xanas, las sirenas, el cuélebre, los moros, el nuberu, el trasgu, el diañu burlón, el busgosu, el hombre lobo y otros más, cuyas leyendas y sucedidos se han transmitido durante siglos, contados las más de las veces al calor y luz del llar, centro de la vida familiar hasta tiempos muy recientes.

           ¿De dónde viene el topónimo Covadonga? Cova viene de cueva, y Donga es un adjetivo derivado de la palabra latina domnca, que se puede traducir como «de la señora». El río de Covadonga es el río Deva, palabra céltica que significa «la señora», por tanto estamos ante una divinidad pagana». 

       La Virgen de Covadonga, en su origen era una virgen negra, estas diosas negras, llamadas también Devas, eran las madres protectoras de la Naturaleza, situadas cerca de ríos, cascadas, fuentes, lagos, acantilados cerca del mar. Los Astures las trajeron y el color negro que las caracteriza puede deberse a:

- estaban esculpidas en una madera fuerte que, a causa de estar en altares al aire libre, el viento, el agua, los cambios climáticos, el sol, hacia que esa madera y los años de exposición fueran dándoles ese tono cromático.

- es el color que se utiliza simbólicamente para representar esa tierra primitiva que, una vez fecundada, será fuente de toda vida...Diosa-Tierra implica color negro.

- las talla se recubrían de betún u otras sustancias protectoras de color oscuro para hacerla lo más impermeable e inatacable posible

     Sacerdotisas, sacerdotes o druidas, se encargaban de su cuidado. Poco a poco, se edificaron iglesias alrededor de los lugares de celebración de cultos precristianos. Alrededor de los ancianos tejos se hacia el consejo, se dirimían problemas vecinales y se encomendaban al dios que necesitaban (cultivos, guerras,...). Próximas a estos árboles míticos, el tejo o el Carbayu, el roble, siempre encontramos una antigua iglesia.

      Muchos pensaran en la legendaria leyenda de la Santina y la, allá ocurrido o no, batalla de la Cova Santac, batalla de Cova Longa, Cova Dominica, pero, mucho antes de que esto ocurriera, hay constancia de una leyenda mas antigua, que explica el encuentro entre Pelayo y ella:

“Siendo Pelayo un joven con ganas de aventura, pasaba los veranos en tierras maternas, allá en Canicas, (Cangas de Onís), oyó a un cazador furtivo disparar sus flechas contra un venado, sin permiso para cazar en las tierras de su familia.

Pelayo espoleo a su caballo para dar caza al cazador, mas este viendo lo que se le venia encima, corrió como alma que lleva el diablo adentrándose en la espesura de un bosque. Cuando Pelayo, salió de ese bosque pudo ver una cueva y una cascada, un poco mas allá al que había delinquido y cerrándole el paso un viejo druida que portaba una imagen de una deva en sus brazos. 

El anciano le dijo que estaba en tierra sagrada y que no podía derramarse sangre, ¡Ay de aquel que en este lugar derramare sangre, caerá sobre él, la maldición de la diosa!

El sacerdote, intercediendo por el furtivo, pidió al joven Pelayo que le perdonara por reverencia y respeto a la diosa diciéndole: “... Quizás algún día tú mismo puedas necesitar el auxilio de estos lugares y la Deva que los custodia”.

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